Debemos comprender que el mindfulness se ha centrado principalmente en un tipo de práctica meditativa –la atención y la consciencia como foco principal en el proceso de aprendizaje–, mientras que las prácticas contemplativas están más centradas en el proceso terapéutico, la búsqueda de un bienestar óptimo o la autorrealización.
Podemos partir desde la perspectiva del “Discurso de los Fundamentos de la Atención Plena”, que se refiere al desarrollo de la atención consciente y recorre distintas contemplaciones y objetos de atención con un propósito declarado: el fin del sufrimiento o malestar psicológico, y el establecimiento del “bienestar mental sostenible” más allá de las circunstancias externas.
Jon Kabat-Zinn propone incorporar una visión que resulte útil y reduzca este malestar a su mínima expresión, planteando los Fundamentos de Mindfulness desde la mirada del Satipatthana.
1. El cuerpo: su contemplación posibilita establecer un estado Mindfulness, es decir, la observación del cuerpo de un modo consciente, habitando el propio cuerpo, nos acerca al estado Mindfulness.
2. Las “sensaciones”: hacen referencia a la calificación de cada fenómeno como “agradable”, “desagradable” o “neutro”, a través de un impulso que conecta entre un estímulo y cualquiera de nuestros sentidos. Nos permite cortar de raíz la cadena reactiva en la que nos vemos inmersos con el piloto automático.
3. La mente: específicamente su estado subyacente a la corriente de pensamientos, es decir, el reconocimiento de los estados mentales.
4. El contexto (Dhammas) hace referencia a los marcos que permiten observar la realidad con un mapa que pueda ser útil para la reducción del malestar psicológico. Aquellas situaciones que obstaculizan o facilitan el camino hacia un estado mental más saludable.
Esta propuesta de cuatro fundamentos que se propone desde la perspectiva de el denominado Satipatthana Sutta, trata de utilizar la consciencia del cuerpo como forma de reducir el pensamiento incesante y reconocer y fortalecer ciertas cualidades saludables de la mente.
Junto a estos fundamentos de la atención plena, yo añadiría una cualidad o actitud para la integración de estos:
5. La compasión: establecer una relación amable, empática y abierta con la experiencia interna, permitiendo que florezcan los recursos que conducen a una mente más saludable, y estableciendo una comprensión profunda de las partes de nosotros con las que nos resulta más difícil reconciliarnos.
Ejercicios como el diálogo interpersonal pueden constituir una forma de autoindagación, y las prácticas de consciencia corporal o la atención a las rutinas cotidianas una manera de cultivar cualidades tales como la paciencia o la amabilidad.
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